Wednesday, March 24, 2021

HEALTH4BRAIN es un proyecto innovador que desarrollará un test nutrigenético que permitirá ofrecer recomendaciones de nutrición de precisión destinadas al mantenimiento y mejora de la función cognitiva.

El Instituto IMDEA Alimentación y las empresas PRECISION FORHEALTH, S.L y NATAC BIOTECH SL conforman el consorcio del proyecto HEALTH4BRAIN que durante tres años trabajará con el objetivo de contribuir a la personalización de la dieta para mejorar la salud y calidad de vida de la población, ayudando a mantener su función cognitiva.

El proyecto diseñará alimentos funcionales personalizados y así como un test nutrigenético que permitirá ofrecer recomendaciones personalizadas, en función del perfil genético de cada individuo, que serán validadas en un estudio de intervención nutricional que desarrollará IMDEA Alimentación.

Dentro de las recomendaciones se incluirán además productos específicos según el perfil genético de cada uno en lo que respecta a la interacción nutrición-patrón cognitivo. Estos productos serán desarrollados por la empresa NATAC acorde a las necesidades de cada persona, establecidas previamente por P4H, y su efecto será validado con estudios nutrigenómicos tanto in vitro para determinar su mecanismo de acción, como en humanos para validar su eficacia por el Instituto IMDEA Alimentación.

El proyecto HEALTH4BRAIN con referencia RTC2019-007294-1 se extenderá hasta el mes de Marzo del 2023 y está financiado a través de la Convocatoria Retos de Colaboración del Ministerio de Ciencia e Innovación, cuyo objetivo es apoyar a proyectos de desarrollo experimental en cooperación entre empresas y organismos de investigación, con el fin de promover el desarrollo de nuevas tecnologías, la aplicación empresarial de nuevas ideas y técnicas, y contribuir a la creación de nuevos productos y servicios.

En el consorcio de HEALTH4BRAIN destaca el elevado grado de especialización de cada miembro y la complementariedad de su conocimiento tecnológico lo que permitirá lanzar al mercado un nuevo test genético relacionado con la función cognitiva y permitirá dar recomendaciones de nutrición de precisión destinadas al mantenimiento y mejora de la función cognitiva.

Sobre función cognitiva y alimentación

Actualmente, el deterioro cognitivo supone una causa frecuente en las consultas de atención primaria. Se estima que la prevalencia en nuestro país se encuentre en torno al 18,5% en el conjunto de la población mayor de 65 años, siendo las mujeres las que presentan tasas de prevalencia significativamente más altas en comparación con la población masculina.

Por ello, la relevancia que posee el mantenimiento de la función cognitiva es trascendental de cara a mejorar la calidad de vida de la población anciana, así como su influencia sobre los costes sanitarios derivados.

Este dato se eleva hasta el 45,3% en el caso de población que supera los 85 años. Con el aumento de la esperanza de vida, el deterioro cognitivo supone un problema de salud pública que aumenta con los años ya que actualmente se encuentran diagnosticados más de 35 millones de pacientes con demencia tipo Alzheimer, y se espera que para el año 2050 se superen incluso los 135 millones.

La función cognitiva determina múltiples habilidades mentales relacionadas con el pensamiento, el lenguaje, la memoria, el aprendizaje, e incluso la toma de decisiones y la resolución de problemas. El estado de la función cognitiva es esencial en todas las etapas de la vida, pero además constituye un indicador acerca de la capacidad de mantener la independencia y de supervivencia en los adultos mayores, y dicha función depende del resultado de la interacción de factores genéticos y factores externos como los hábitos de estilo de vida y la alimentación.

El deterioro cognitivo puede darse en diferentes grados, pasando de un deterioro cognitivo leve a una demencia diagnosticada, como es el caso de la enfermedad de Alzheimer. En función del grado de alteración de la capacidad cognitiva que presente una persona, se asocian además problemas de salud tales como alteraciones del estado del ánimo o depresión, alteraciones metabólicas, cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer

Aún queda por determinar de forma mucho más precisa cuales son las causas y los mecanismos implicados en el deterioro cognitivo. Sin embargo, parece que la genética y la alimentación inciden sobre el desarrollo y la función cerebral de manera significativa.

Una alimentación inadecuada puede repercutir de forma directa sobre la función cognitiva ya que el aumento de comida procesada (ausente de antioxidantes, vitaminas, etc.) o una dieta desequilibrada limitan la falta de determinados nutrientes, vitaminas y otros compuestos bioactivos saludables